martes, 9 de septiembre de 2014

El Ciclo Sangriento


Ya ha pasado un tiempo desde que Israel y Hamás firmaron el último acuerdo de cese al fuego. Fueron más de 2100 los muertos, que en su mayoría eran Palestinos del común, civiles, a los que Israel liquidó con la excusa de que Hamás los usaba como escudo, creyendo que esto les daba el derecho de matarlos. Israel, ejerciendo su 'defensa', ha destruido cerca de 17.000 casas en palestinas y ha producido daños cuya reparación costará más de 4.500 millones de dólares. Cabe recordar que durante los últimos años se han producido varias 'defensas' de Israel hacia Gaza, por lo que el daño total resulta aun mayor. Hasta aquí, parecería que la crueldad del estado israelí  solo la están pagando los palestinos. Pero esto no es del todo cierto.

En los últimos años se ha visto en Europa una resurrección de un fantasma de su pasado vergonzoso que creían haber enterrado: el Nazismo. Se ha presenciado el aparecer de muchos grupos neo-nazis, jóvenes de cabezas rapadas que salen a la calle a agredir judíos, quizás motivados por la tiranía mostrada en Gaza. La población judía en Europa, que no ha hecho nada para que se le persiga, se ha dado cuenta de esto y ha empezado a emigrar a Israel, como lo evidencia el aumento de deserciones de judíos con destino a Israel.

Parece ser que las acciones que ha ejecutado el gobierno israelí contra los palestinos han revivido ese antisemitismo rabioso de los tiempos de Hitler. El accionar fascista del Estado de Israel, que fue víctima de este mismo tipo de opresión, ha terminado por perjudicar a su pueblo, que tiene que dejar todo para conservar su seguridad. El pueblo Israelí ha sido víctima de su propio gobierno, que ha aportado a continuar el ciclo siniestro de la violencia, que tampoco van a parar los neo-nazis, claro está. 

El mundo ha estado sucumbido en el ciclo violento desde el primer momento, pues estamos acostumbrados a que la venganza es la única forma de tener paz, a la teoría del ojo por ojo, diente por diente. Creemos, por ejemplo, que la forma de que haya justicia y paz es que el criminal vaya a la cárcel, que sufra lo mismo que nosotros. Con ese pensamiento no cortaremos nunca el ciclo violento y volveremos a ver muchas veces en la historia más Hitlers y Stalins. La única forma en que se puede llegar a cortar el mencionado ciclo es mediante el perdón, mediante la tolerancia de esos que nos han hecho daño, no por la venganza. Debemos, al contrario, entender al que piensa distinto y respetarlo, así como el lo debe hacer con nosotros.

Es hora de que comprendamos que una acción violenta genera una reacción igual en su contra, la única forma de cortar ese círculo vicioso es haciendolo nosotros mismos, no esperando a que el otro sea el que cambie. Siempre alguien tiene que dar el primer paso y el único que puede decidir hacerlo es cada uno por sí mismo.

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